Autor: Juan Omar Fierro
Independently Published, 2019
México
Disponible en: https://www.amazon.com.mx/Recetas-para-instalarse-rencor-Fierro/dp/1650061366
Apenas el sábado pasado pensaba que terminaría otro año sin eventos presenciales; lo cierto es que desde niña jugaba a que vivía un momento histórico y algo de esa historia que aún no se escribía estaba en mis manos y yo debía hacer algo para salvar el mundo. Nunca me imaginé que eso implicara que no podría salir de mi casa más que para comprar cosas esenciales y que sería testigo de la muerte de muchos seres queridos que no tuvieron la misma fortuna que yo. Por eso, cuando recibí el libro de Juan Omar Fierro a través de watsapp (porque ahora todos los documentos, citas e información importante nos llega a través de un aparato que parece, a menudo más inteligente que yo) no pude menos que sentirme inspirada. Por supuesto que tengo motivos para instalarme en el rencor; ¿no los tenemos todas las personas aquí presentes? Somos sobrevivientes; sobrevivientes de una tierra saqueada, de una historia depurada, somos sobrevivientes de un sinfín de malas decisiones (propias y ajenas), somos sobrevivientes de una pandemia mundial sin precedentes y hoy estamos aquí, celebrando las Recetas para instalarse en el rencor. De tal manera que cuando comencé a leer este libro estaba decidida a hablar desde esa posición, como si el rencor por todo lo arrancado fuera lo único que me quedaba para liberar los sentimientos que se traban en zoom, meet o la plataforma de videoconferencia de su preferencia. Sin embargo, Juan Omar Fierro no me lo permitió.
El libro al que hoy me permito dirigir unas palabras, para empezar, cuenta con 12 capítulos, doce, como los pasos para salir del alcoholismo, como el número de apóstoles, como las horas marcadas en el reloj y como el pasar del tiempo que olvidé porque apenas comencé a leer el compendio poético, no pude parar sino hasta terminarlo. El autor, aquí presente, nos brinda una voz lírica que disfruta entregar una liturgia para cruzarse de brazos y ser un hombre completo y habla del lobo feroz, rastrea las fechas de sus primeros merodeos, como si se tratara de encontrar el arquetipo detrás del caso PEGASUS, sin embargo, en el caso de este lobo encontraron hallazgos en un suceso con 3 cerditos involucrados y otro antecedente con una niña que, dato conocido, usaba una caperuza roja y caminaba sola por el bosque. Ese poema al que refiero nos habla de un expediente de investigación y la manera salvaje en que la comunidad que debía arropar a este pobre victimario no ha hecho sino apartarlo e incrementar su salvajismo.
Por supuesto que la receta no puede contenerse en este punto, no basta cruzarse de brazos, necesitamos conocer los “Desistimientos prácticos” la voz lírica corre a sembrarse en la duna más brillante, y nos invita a movernos al ritmo de una brisa, sobre el plácido paraíso de harinas doradas, pero esto es un desistimiento práctico, así que nos regresa a la realidad en donde existen exploradores de la national Geographic y miran con asombro al sujeto enraizado: ahí “no más, pensando en el futuro”, brincando para contarnos uno de vaqueros, a hablarnos de su abuelo, sus dolencias y esa alegría tiesa que heredó y que remarca suplicando al sujeto de bata blanca “por el amor de Dios, mi lobotomía”.
Juan Omar no me dejó regocijarme en mi propio rencor, me tenía atrapada entre la carcajada y ellanto por reflejo que encontraba de mí misma en sus letras, por eso me sorprendió que regresara la broma pesada cuando descubrí que su tercer apartado se titula “Eternas repeticiones instantáneas”, porque yo también he querido saltar del puente pero, por si las dudas tener un control remoto por si a la mera hora quiero oprimir un botón y regresar la escena hasta antes de aventarme, como si eso me permitiera tener la certeza de que “dejar de existir vale la pena”, yo también he sentido una flor miserable creciendo dentro de mí y me doy cuenta de que se arman constelaciones con millones de muertos al día… y aunque eso ha sido más obvio por las estadísticas del COVID-19, en México, también es sabido y aterrador desde antes del descubrimiento del bicho, también he tenido dudas de último momento y me doy cuenta de que todas mis dudas son hijas del ocio, igual que la poesía. Y me enojé al leer ese capítulo eufórico, tuve que cerrar el libro, un rato, e ir por una cerveza para celebrar la vida y leer un epílogo con mucha acción y una lección inesperada y poder comprender una ceremonia intermedia.
Ahí sí que entendí el título del libro; esta receta para instalarse en el rencor incluye una mordida de desesperanza, sólo es un bocado reflexivo, pero qué amargo sabe la estrofa “Venimos de días inciertos/ emergiendo de los escombros/ en los que nos convertimos por perder la memoria/de antiguas caídas”, porque creo que si nos ponemos a contar las caídas que hemos tenido, no sólo como sociedad, sino como individuos… podría decir que una de mis caídas más importantes comenzó en un momento histórico que comparto con el autor, aunque no nos conocíamos en ese momento. Recuerdo perfectamente la noche del 28 de mayo del 2000, más de 20 años. cuando Marcel Marceau tendría su última presentación en México y lo haría de manera gratuita en la explanada al costado de la Iglesia en el centro de, la entonces aún Delegación, Coyoacán. Evento del que aprendí que cuando quieres presenciar un momento histórico, terminas siendo, invariablemente, parte de él (sí, como esta pandemia mundial sin precedentes. El punto es que en aquella función cayó una lluvia torrencial que propició que todas las personas que estábamos ahí esperando el show (más de 2500, según las notas al respecto), quisiéramos cubrirnos del agua y, aprovechando, acercarnos más al escenario para poder mirar más de cerca. Sin embargo, todo terminó cuando, en medio del barullo inició aquel importante evento y se escuchó una voz masculina, cual grito de guerra inaugurando la batalla: “Dejen oír al mimo”. El artista, detuvo el show con un gesto y no volvió al escenario. Juan Omar Fierro no sólo estuvo en el mismo evento, sino que pareciera que el autor no conforme con que me impedía regocijarme en el rencor, tuvo a bien dedicarle un poema a ese episodio en que comprendí que no importa cuánto silencio puedas hacer, sino cuánto ruido puede provocar el silencio.
Si usted decide adquirir su ejemplar de las Recetas para instalarse en el rencor, le prometo que no le va a gustar, porque no, el libro no dicta los pasos para poder anidar ese sentimiento, aunque sí le ayudará a reflexionar sobre todos los actos que bien lo merecerían, usted hará un recorrido por sus actos de fe, creerá que ha encontrado el equilibrio y hasta tendrá pensamientos que le harán empatizar con el feminismo, se retorcerá en preguntas retóricas y sí, tratará de responderlas, por favor avíseme si tiene éxito. Posiblemente quiera hacer un paseo sobre sí mismo y descubrirá que toda absolución fue cancelada antes de llegar a los Ejercicios de demolición. Aunque el autor titule así un apartado, usted no sufrirá una Insuficiencia cardiaca, pero sí se preguntará hasta por la furia de los huracanes y, si está, como yo, empapad@ sobre temas del cambio climático y la reducción del riesgo de desastres, vaya, si usted es un@ idealista que piensa que el mundo se puede salvar, también puede que incluso se le escape un vituperio como: LOS DESASTRES NO SON NATURALES, porque este libro es casi una carpeta penal de un proceso acusatorio vuelto versos, que, para los que nos gusta el chisme, nos permite adentrarnos en todo un contexto, conocer los distintos ángulos del amor y el deseo y nos hace desear una sentencia inapelable. Este libro mira de reojo a los adolescentes de 30 años y termina apostando todo a una Quiniela. Y dado que, he llegado hasta aquí y no pude lograr sentir rencor por esta presentación ni por el libro, ni por el autor, sino por el contrario me siento profundamente bendecida con esta lectura, honrada por la confianza que el creador de estos versos depositó en esta perfecta desconocida y agradecida con ustedes que han prestado atención a mis delirios, no me queda más que regalarles recor, un poco de rencor para tod@s ustedes que tampoco saben cómo seguir una buena receta.
Lucía Izquierdo
Mira la presentación completa en el marco de la Feria del Libro “Para leer en libertad” que se llevó a cabo el 16 de diciembre del 2021 en la alameda central de la Ciudad de México 👁👇🏼